Dos pitidos cortos y seguido, uno largo y sentenciador. Así es como el árbitro nos dice que el partido ha concluido, y tras este sonido, aunque os pueda sonar exagerado, a veces, me he dado cuenta, de que no sólo había terminado un partido, sino una parte de mi vida...
No soy una gran escritora, pero hoy me he levantado con ganas de compartir con vosotros lo que siento en estos momentos.
Termina la temporada, y haciendo recuento sólo de este año somos:
Campeones en Juegos Municipales en categoría alevín masculino y femenino.
El equipo infantil masculino ha conseguido ser campeón de liga de Madrid, campeón de Copa y un cuarto puesto en el Campeonato de España.
Tanto el segunda, como el primera cadete masculino también han hecho grandes temporadas.
Y en el terreno femenino tenemos un quinto puesto en categoría infantil; un subcampeonato de liga cadete, y las juveniles han sido, campeonas de liga de Madrid, campeonas de Copa y han llegado a la fase final del Campeonato de España.
Viendo esto, y echando la vista atrás me doy cuenta de que aquel Carabanchel que en su día era sólo un equipo de niñas que no conseguía quedar mas arriba de mitad de tabla, hoy se ha convertido en un Club grande, al cual no sólo se le tiene en cuenta en Madrid, sino también, empezamos a “sonar” a nivel nacional.
Yo era una de aquellas niñas que fueron abriendo camino, y ahora, en pocas temporadas, no sabéis la satisfacción y orgullo que siento al ver cómo tenemos equipos competitivos en todas las categorías tanto a nivel masculino, como femenino; al ver, cómo en mi colegio, en el que yo empecé en este mundo del balonmano, por fin se ha conseguido sacar un equipo sólo de niñas (espartanas para algunos), con ilusión y ganas de “comerse” a quien haga falta; al ver también, cómo nuestros equipos nutren a las selecciones territoriales e incluso nacionales con sus jugadores, y así podría estar diciendo cosas que me enorgullecen dos páginas enteras...
Cómo ya dije en otra ocasión (y a algunos les sonará), cada día que pasa, todo lo vivido se nos queda más atrás, y con ello, se alejan cantidad de momentos...no sé cómo habrán influido en vosotros, pero en mi caso, me ha servido de mucho, tanto como para conocer a gente genial, como para abrir los ojos y ver que las cosas, a veces, no son como uno piensa.
Sin embargo, supongo, que de todo se aprende, y una vez más, me doy cuenta de que lo que en un principio puede parecer malo, con el tiempo puede llegar a salvarte, (y si no, pensar en esos entrenamientos de los que tanto os quejasteis por tener que correr, pero que luego te permitieron que llegaras con las fuerzas suficientes, a un partido decisivo a falta de 3 minutos para terminar y perdiendo de tres, y que en ese momento no fallaras y pudieras terminar ganando el partido).
Lo que está claro, es que siempre, los buenos momentos pesan mucho más que los malos...y ya que en este tiempo habido de todo, qué menos que recordarlos...
Yo ahora, aún sin demasiada experiencia, lo que sí he comprobado es que el balonmano te “quita” y te regala muchas cosas, pero todo eso que te da, supera con creces las pocas cosas que tienes que “sacrificar” por él. Los “peores” y mejores momentos de mi vida han sido siempre en una pista, en un vestuario, en un viaje con mi equipo, jugando, entrenando o simplemente animando...y creerme, merece la pena, porque al final, recordando, en nuestros labios solo queda una sonrisa y la satisfacción de saber que esto ocurrió y se quedó en nosotros...
Me parecería injusto seguir hablando y no mencionar el trabajo de los entrenadores y “los jefes”, personas que están a nuestro lado (en muchos casos) más horas de las que estás casi con tu madre o tu padre, que hacen posible que todos nosotros juguemos, y/o entrenemos a balonmano, y cuya labor (a veces desconocida) es admirable.
Nos educan como jugadores, pero también como personas, y os diré lo que han sido para mí personalmente como jugadora. No sólo me han enseñado en su día un montón de cosas de balonmano, sino que me han enseñado también a amar este deporte, el significado de trabajo, lucha, esfuerzo; me han enseñado a saber perder y aprender de ello, a ser paciente y esperar esa recompensa que siempre, más tarde o más temprano llega; me han enseñado lo que era “morir” por alcanzar nuestro sueño, sin perder nunca la deportividad y el compañerismo, a ser siempre honrado, a aceptar que el contrario ha sido mejor, pero nunca regalar nada. A ser positivos, a tener una actitud ganadora sin caer en la prepotencia y siempre siendo humildes. A confiar en uno mismo sin miedo al fracaso, me han enseñado a levantarme cada una de las veces que he tropezado, y lo más importante de todo, me han demostrado que muchas veces los sueños sí se cumplen, y ellos son el mayor ejemplo de esta afirmación.
Lo mejor de todo esto, es que no sólo me han enseñado todas estas cosas dentro del 40x20, sino que todos estos valores y disciplina que a través del balonmano he aprendido con ellos, también me han enseñado a trasladarlos a mi vida cotidiana, a todos los ámbitos que me rodean.
Ellos son los que más disfrutan con el balonmano, y eso se nota, y te lo transmiten de esa forma.
Muchos de vosotros no os imagináis la cantidad de horas que nos dedican, tanto dentro del campo en entrenamientos y partidos, como en sus casas, por la mañana, por la noche, antes de dormir, preparando cada sesión, cada excursión, cada céntimo...y esas lágrimas de alegría y tristeza que de vez en cuándo se le escapan a alguno mirando un marcador al final de un partido, son el resultado de todo lo que acabo de decir, y aunque no sean ellos los que defiendan y marquen los goles, son los responsables de que nuestros chicos y chicas sí lo hagan, y así se sienten.
Tendría muchas más cosas qué decir, muchas más personas a las que nombrar por su trabajo y esfuerzo, muchas más cosas que agradecer....pero no quiero que esto se convierta en un diario, o en “mis memorias”, asi que supongo que me toca despedirme y guardarme todo lo que me queda por decir, para otra ocasión.
Desde estas líneas de reflexión y confesión, me gustaría seguir animando a todo el mundo, (jugador@s pequeños y no tan pequeños, entrenadores, padres, afición...), a que siguiéramos por este camino, alcanzando nuestras metas y sueños a través del trabajo, el esfuerzo, y haciendo cada vez un poquito más grande este Club, que se desvive por cada uno de nosotros, animaros para ir creciendo con la ayuda de todos, porque esto es una suma, y como pasa con la mayoría de cosas en nuestra vida, todo esto llegará a ser todo lo divertido y provechoso que nosotros mismos queramos que sea. y que como dije al principio, las cosas no son siempre como uno piensa o desea, pero lo que también es cierto, es que tampoco llegaran a ser nunca si ni siquiera lo intentamos.
Gracias a TODOS. A entrenadores y “jefes”, por el trato que siempre me habéis dado y me dais, (antes como jugadora y ahora como entrenadora), gracias por confiar en mí y contar conmigo. Gracias a todos los jugadores por darnos todos esos momentos que nos dais, y no sólo estoy refiriéndome a los goles bonitos... Y gracias a los padres y afición, que animan hasta a “la mopa”, y que pese a que no he hablado de vosotros (principalmente por no querer alargarme más), también formáis una parte muy importante de todo esto, como he dicho antes, esto es una suma.
Me despido aquí, ya no queda nada para las vacaciones y el descanso, y espero que todos lo aprovechéis, porque en septiembre empieza una nueva temporada, y ya sabéis, os esperamos con “más y mejor”.
Para terminar, sólo me queda decir “Pii” “Pii” Piiiiiiiiiiiii”.
2 comentarios:
Enorme, como siempre, Laura. A tu faceta de jugadora, entrenadora, animadora, organizadora, "la de la mopa", en el bar del equipo, vendedora de camisetas, etc..., etc... nos escribes ahora una preciosa reflexión íntima sobre el equipo de balonmano para dar las gracias a tanta gente por todo lo que te ha aportado.
Gracias a tí Laura, por dar y entregarte tanto, por creer en todo lo que haces, por estar en todos los sitios con una sonrisa (¿Acaso tienes el don de la ubicuidad?) y, en resumen, por ser como eres.
Laura, my darling, tu reflexión ha sido preciosa, honda y sincera como eres tú. Sigue disfrutando y comiéndote a bocados la vida; a mi me has emocionado...
Publicar un comentario